La salud del hábitat

Hacer de nuestra vivienda un lugar donde podamos encontrar el bien merecido descanso después de la vertiginosa actividad diaria. Tener un hogar reconfortante donde podernos relajar y disfrutar de las actividades que más felicidad nos dan. Impreganar todos nuestros sentidos con la calidez de nuestro lugar más íntimo y personal, requiere parte de nuestra responsabilidad.

 

Para que nuestro hogar sea un remanso de paz y equilibrio debemos tener presentes todos los factores que pueden desestabilizar la armonía que tanto buscamos.

 

El lugar donde está ubicada nuestra vivienda, los materiales utilizados para su construcción, la distribución de los espacios, los acabados interiores, los productos utilizados para la limpieza del hogar y de sus habitantes, los alimentos que consumimos, el agua que bebemos, cualquier hábito cotidiano, puede repercutir en nuesta salud para bien o para mal.

 

Debemos proteger nuestra piel con fibras naturales como el lino o el algodón y de la misma manera hacerlo con nuestra vivienda que es nuestra tercera piel.

 

Hoy en día se sabe que el aire de nuestras casas en muchas ocasiones está más contaminado que el aire del exterior y esto se debe principalmente a los materiales con los que construimos o decoramos nuestra hogar, a través de productos tan cotidianos como pinturas, barnices, disolventes, colas, mobiliario, moquetas, cosméticos, ambientadores,....

 

En la antigüedad los poseedores de los conociminetos sobre feng shui, solian ser astrólogos, meteorólogos o científicos que escogian con sumo cuidado y mimo la planificación urbana de modo que la casa fuera la extensión del medio natural, un refugio en constante interacción conlas leyes de la naturaleza. Esta sabiduría unida a la experiencia y las investigaciones más recientes a cerca de la relación entre la salud y el hábitat a llegado a cerrar las bases de la Geobiología.